miércoles, 23 de julio de 2008

¿Qué esperabas?

Sentado sobre unas escaleras de piedra, te esperaba y te esperaba y no llegabas. Saque el celular y marqué tu número, siempre poniendo el mío como confidencial porque después de esa noche no te quería ver más.
Me decías: ya estoy cerca, me encuentro a unas cuadras; cuando en realidad recién habías salido de tu casa.
No llegabas y cada vez más me llegabas al pincho. Hasta que por fin vi tu silueta bajando del ómnibus, como no te veía en meses, te vi apetecible o de repente estaba carreta y toda mujer, por más fea que sea, me parecía atractiva en ese momento.
Cuando te disponías a cruzar la pista, yo ya quería entrar al hotel, pues no quería que nadie me vea caminando contigo y me puse a pensar que algo parecido le estaba pasando a otro pata que se dispone a tirar con una trampa, porque eso eras en ese momento, una trampa.
Por fin habías llegado, me saludaste con un beso en la mejilla y yo apurado hice que el “hola, cómo estas” pase desapercibido o mejor dicho, que ese saludo formal pase al plano de las palabras fuera de lugar. No dijiste nada, creo que entendías que solo quería eyacular sobre ti, así que aceleraste el paso y me alcanzaste.
Tocamos la puerta del hotel y se demoraron en abrir, yo quería entrar lo más rápido posible, pues no quería que algún conocido pase por ahí y me viera contigo. Al fin dentro, dije, saque mi DNI, pagué los 20 soles que costaba el alquiler, bueno eso no importaba en ese momento, solo quería cumplir con mis instintos y fugar lo más rápido posible de ahí, sin tener algún compromiso después, eso espero, me dije a mi mismo.
Cerramos las cortinas, apagamos las luces, y te sentaste a mi costado, me quite el polo y te jale a mi lado, me cagaba de frió y no me calentabas, putamadre las ganas se me están yendo cuando veo tu cara de mierda.
Paso un buen tiempo en el que pude verte atractiva, eso era lo que estaba forzando a hacer, porque en realidad me quitabas las ganas. Por fin mi miembro viril se lleno de valor y se armo pasmado sobre la colina que tenía que conquistar, ¿Tanta vegetación desperdigada y sin rumbo de crecimiento? Que asco, pero como dicen por ahí “ya que chucha”. Así que me puse el primer condón, tenia que ser precavido, pues no quería tener un hijo contigo, eso ni pensarlo. Lo utilice hasta el máximo, hasta que el sudor llegó a las sábanas. Salí de la cama, fui al baño y arrojé el condón al tacho, pero vi una mancha roja en la punta del preservativo, imposible que esta tipa sea virgen, pensé. Entonces me di cuenta que estabas con la regla, canalla. Muchos dirán qué asqueroso eres, pero en fin, era más seguro, así se podía evitar la criatura.
En fin, me acosté a tu lado esperando recuperar fuerza y entrar en acción otra vez, pero ocurrió algo que voy a detestar toda mi vida y que la mayoría de ustedes detestaría o ha detestado, pues ella saco su celular y me dijo “escucha esta canción” y por la putamadre era una balada y a cada acorde de la puta guitarra, ella me abrazaba y me decía “la letra es bonita” y yo en mi mente decía: cállate mierda, me cagas el momento. Estaba arrepentido de estar ahí, no sabía como apagar ese celular. Al fin acabo la canción, y las ganas de seguir tirando se me fueron con el último LOVE que decía ese cantante maricón. Paso un buen tiempo, para que otra vez mi pene se atreviera a conquistar tu colina llena de vegetación, que asco.
Tuve que colocarme el condón rápidamente, aprovechando los últimos momentos de carretilla, porque en realidad quería irme de ahí. Acabe, no conté el tiempo que dure teniendo sexo contigo, pero si los segundos y la manera más educada de irme sin tener algún compromiso.
Me recosté sobre la cama tomando aliento y acabado eso me sobrepuse sobre y fui directo al baño a ducharme, porque no quería tener tu aroma sobre mí, ni cagando, era lo último que quería. Salí del baño y me puse la ropa, tu lo hacías lentamente y pensativa. Te pregunte: “¿Te sucede algo?” y tu respuesta fue un no que me hizo sentir mierda en ese momento, creo que querías pasar un rato abrazada a mi, pero eso no podía ser, ni cagando, no quería verte más.
¿Por qué hacías las cosas más difíciles?, sabías que era sólo un encuentro de sexo nada más.
Salimos de la habitación y del hotel y no veía la manera de despacharte, pero creo que querías irte conmigo, así que invente una excusa para irme aparte. Te acompañé al paradero y estire la mano para parar otro ómnibus, como el que te trajo hace un rato y que subieras lo más pronto posible, pero te sentaste en la misma escalera de piedra en la que te estuve esperando y me dijiste que no diga a nadie lo que pasó, a lo cual dije no te preocupes, no se lo diré a nadie, eso ni lo dudes, pensé. Luego en tu rostro se dibujó esa misma mirada, de que querías cariño o un abrazo post sexo. Así que atiné a preguntarte ¿esperabas algo después de esto? Y me miraste con cólera y dibujaste un no con la cabeza, cosa más rara, pero al fin de cuentas me hizo sentir más mierda de lo que me había sentido cuando aun estábamos en la habitación. ¿Porqué tenia que pasar esto último?, ¿Porqué no entendías que sólo era un encuentro fugaz?
Te miré al rostro una vez más, tu mirada perdida no coincidió con la mía, lástima para ti, tal vez hubiera sentido pena y hubiera atinado en abrazarte, pero lo único que hice fue pararme y tomar un rumbo distinto al tuyo y me perdí de tu vista, espero que tu también de la mía.


ESCRITO POR YASSER CORNEJO FALCÓN

miércoles, 16 de julio de 2008

Ser mierda cuesta

No tenia idea de lo que estaba hablando, pero vaya que lo hacia, hablaba y hablaba y no paraba y ella me miraba y me oía, primero con el ceño fruncido, poco a poco se le fue quitando la cara de enojada y sus manos cruzadas antes, se abrieron hacia su cintura dejándome ver su par de hermosos pechos; enormes, los cuales jamás había probado, jamás mi lengua había recorrido la aureola de sus pezones, seguramente tibios ya de tanto habérselos manoseado primero, pero no, eso jamás había ocurrido, lo lamentaba y pensaba en ello siempre, e ideaba historias en las cuales si había logrado mi cometido, historias donde a ese par de tetas las había mamado como he querido y mucho más.
Delante de ella, ya con las manos en la cintura, solo esperaba que a ese gesto lo acompañe una sonrisa o una carcajada, aunque esto se estaba demorando y mi voluntad que antes me hacia hacer de todo por ir buscarla, conseguir dinero para poder pagar algún trago miserable con el cual hubiera podido tal vez embriagarla, se me estaba yendo.

El hecho de que se me ponga tan difícil, sabiendo yo lo perra que era, me causaba un desencanto, como sabrán yo solo quería desnudarla desde el principio, cuando le estuve hablando y hablando, solo que tenia que seguir el protocolo normal, pasar por un trago tal vez y después a la acción, pero sentir esa poca “disponibilidad” de ella, hacía que yo tenga que duplicar y hasta triplicar esfuerzos en todo aspecto de la conquista, lo cual para mi no era viable de ninguna manera.
No podía seguir gastando mi tiempo con ella si este preámbulo se iba a hacer tan largo, ni mucho menos dinero en cojudeces como flores o regalos huevones, que tal vez pudieran funcionar, pero… ¿Y mi tiempo y mi plata?…mmm no van a volver, no de esa forma al menos.
Es por eso que al momento de poder especular un posible encuentro, ahí en la calle, en las colas, en los micros, centros comerciales, mercados o donde sea, se puede distinguir ahí debajo de la etiqueta del jean, debajo de la tanga que sobresale, la cifra de cuanto mas o menos puede costar en tiempo, dinero y demás la mujer en cuestión y si verdaderamente lo vale, aunque hay de las que creen que valen algo mas, tal vez un poquito de tiempo, tal vez unos cariños mas, engreimientos, bebonadas, chocolatitos, llamaditas, etc, pero ese es ya otro tema.

De la chica no se que fue, como deben haber adivinado, igual me la lleve a un hotel, y no tan barato, al menos no lo que valía ella, pague como 20 soles de más, unos 40 soles en total, aparte de los tragos y cigarros que compre, sin contar con el tiempo que estuve convenciéndola tácita y explícitamente para llevarla, entre mimos, cariños, conversa de 2 horas, tisúes, estoy exhausto.
Ser una mierda también cuesta causita.