miércoles, 16 de julio de 2008

Ser mierda cuesta

No tenia idea de lo que estaba hablando, pero vaya que lo hacia, hablaba y hablaba y no paraba y ella me miraba y me oía, primero con el ceño fruncido, poco a poco se le fue quitando la cara de enojada y sus manos cruzadas antes, se abrieron hacia su cintura dejándome ver su par de hermosos pechos; enormes, los cuales jamás había probado, jamás mi lengua había recorrido la aureola de sus pezones, seguramente tibios ya de tanto habérselos manoseado primero, pero no, eso jamás había ocurrido, lo lamentaba y pensaba en ello siempre, e ideaba historias en las cuales si había logrado mi cometido, historias donde a ese par de tetas las había mamado como he querido y mucho más.
Delante de ella, ya con las manos en la cintura, solo esperaba que a ese gesto lo acompañe una sonrisa o una carcajada, aunque esto se estaba demorando y mi voluntad que antes me hacia hacer de todo por ir buscarla, conseguir dinero para poder pagar algún trago miserable con el cual hubiera podido tal vez embriagarla, se me estaba yendo.

El hecho de que se me ponga tan difícil, sabiendo yo lo perra que era, me causaba un desencanto, como sabrán yo solo quería desnudarla desde el principio, cuando le estuve hablando y hablando, solo que tenia que seguir el protocolo normal, pasar por un trago tal vez y después a la acción, pero sentir esa poca “disponibilidad” de ella, hacía que yo tenga que duplicar y hasta triplicar esfuerzos en todo aspecto de la conquista, lo cual para mi no era viable de ninguna manera.
No podía seguir gastando mi tiempo con ella si este preámbulo se iba a hacer tan largo, ni mucho menos dinero en cojudeces como flores o regalos huevones, que tal vez pudieran funcionar, pero… ¿Y mi tiempo y mi plata?…mmm no van a volver, no de esa forma al menos.
Es por eso que al momento de poder especular un posible encuentro, ahí en la calle, en las colas, en los micros, centros comerciales, mercados o donde sea, se puede distinguir ahí debajo de la etiqueta del jean, debajo de la tanga que sobresale, la cifra de cuanto mas o menos puede costar en tiempo, dinero y demás la mujer en cuestión y si verdaderamente lo vale, aunque hay de las que creen que valen algo mas, tal vez un poquito de tiempo, tal vez unos cariños mas, engreimientos, bebonadas, chocolatitos, llamaditas, etc, pero ese es ya otro tema.

De la chica no se que fue, como deben haber adivinado, igual me la lleve a un hotel, y no tan barato, al menos no lo que valía ella, pague como 20 soles de más, unos 40 soles en total, aparte de los tragos y cigarros que compre, sin contar con el tiempo que estuve convenciéndola tácita y explícitamente para llevarla, entre mimos, cariños, conversa de 2 horas, tisúes, estoy exhausto.
Ser una mierda también cuesta causita.

1 comentario:

Silvia E. Esquivel_Mejía dijo...

Cuesta menos ser Instintivo.
Hay un espacio casi en blanco que no distingue el preludio del final.
Tienes todo el derecho de ahorrarte los centavos y creer que existe el amor. Aunque es mejor Gastar y creer que todo es Normal.